Se adjunta el texto que leyo Marisa en la Asamblea, junto con la invitación y fotos
Janusz
Korczak , Maestro de la Humanidad
Mª Luisa Mariana Fernández
Profesora Orientadora en el IES
Renacimiento
Presidenta de la asociación “Orientación y
Educación”
Me gustaría hablar sobre mi maestro, Janusz
Korczak y cómo cambio mi vida como docente, y cómo persona. Hace un tiempo,
sentada en el salón del orfanato que fundo en Varsovia hace 150 años, recibí
una copia de una de las postales que el viejo Doctor entregaba a los niños como
recompensa de haber realizado bien alguna tarea diaria como levantarse
alegremente en un día frío. Algo sencillo, pero importante en su autonomía y
desarrollo personal. Esa postal es la imagen de una niña rubia, que como verán
no soy pero que me recordó el compromiso que como maestra tengo con la Shoá.
Una postal que me invitaba como el Dr lo hacia a cuidar del otro, del más
pequeño por que tras la Shoá que hoy no olvidamos, parece como que la ética de
la buena conciencia ha desaparecido. Surge así, la ética de la alteridad, del
compromiso con uno mismo y con el otro más próximo. En mi caso como docente,
pero aun más como persona me siento en la obligación y compromiso de mantener
la memoria de los hechos acaecidos, y de enseñar los valores que impidan que
estas atrocidades se repitan.
El verdadero nombre de Janusz Korczak,
Henrik Goldszmit, queda olvidado bajo el seudónimo utilizado para escribir
cuentos. Sus cuentos antes de ser publicados eran revisados por los mejores
expertos, los propios niños. Dando tal valor a sus comentarios y criticas que
paraba la imprenta para incluirlos.
Korczak es una de las personalidades más
destacadas e interesantes de la pedagogía contemporánea. Médico por su
formación, fue educador por vocación y cómo respuesta para modificar la
realidad que vivía. Partió de la
observación para definir y condenar las injusticias sociales, proponer por sus
conocimientos médicos soluciones acertadas en la esfera de la educación
sanitaria. Cuidando no solo los aspectos físicos como la dieta o el descanso
sino creando un ambiente familiar favorable a la educación y al desarrollo
infantil. En el
caso de los huérfanos o de los niños que, por uno u otro motivo, carecen de
familia, el clima educativo propicio creado por nosotros, los adultos más
próximos. Somos cada uno de nosotros, incluso los propios niños y jóvenes, quienes
debemos cumplir las funciones de miembros de la familia. Así, los mayores han
de ocuparse de los más pequeños y participar en las actividades propias de un hogar. Para que esa
participación tenga sentido, deberán ocuparse de tareas específicas. Inculcar
el respeto del trabajo y hacer comprender su necesidad. Por
que, “la medicina puede prevenir y curar las enfermedades, lo que no
puede hacer es mejorar a las personas” y este es el verdadero objetivo al que todos
debemos mirar.
Korczak sabía que los adultos no renunciarían voluntariamente a
sus privilegios y su pretensión de poder sobre los niños. Se atrevió a desafiar
los postulados de la enseñanza tradicional de su tiempo, cuestionando las
relaciones educador-educando, que en su percepción no reflejaban la realidad.
Escribía: "No es acertado decir que los niños llegarán a ser personas:
ya son personas”.
Por ello, hizo un llamamiento a respetar al niño. En 1989 en la
Convención de las Naciones Unidas fueron ratificados los Derechos de la Infancia
y de la Juventud inspirados en
experiencias que emanan de la "Carta de los Derechos Humanos de los
Niños", la Magna Charta Libertatis elaborada por Janusz Korczak en el año
1919. Debemos recordar que desde su articulo 1, se define al niño como el menor
de 18 años, y que por ello incluye tanto a niños como a jóvenes.
Hay otros, pero estos son los tres derechos básicos:
- El derecho del niño a su propia muerte
- El derecho del niño a este día
- El derecho del niño a ser lo que es.
Estos derechos están destinados a protegerlo de las garras que
nosotros, los adultos creamos por un
exagerado afán científico, o de un amor educativo. La radicalidad de sus
afirmaciones es particularmente evidente en el primer punto. Al exigir el
derecho a su propia muerte, les permite poner su propia vida con sus aventuras
y riesgos en juego, y a ser responsable individual de sus decisiones. Esta
afirmación tan sorprendente nos continua impactando; significa que los niños
deberían tener la posibilidad de vivir experiencias negativas en lugar de estar
superprotegidos, permitiéndoles que sufran “heridas”. Esto es aun más evidente
hoy, en la sociedad en la que vivimos. Korczak establece que un niño que no
haya robado, ni mentido, ni hecho trampas, ni sido traicionado al menos una vez
en su vida, no puede llegar a ser una persona moral. Por ello, reconocer que situaciones en las
que caen, en las que fracasan, ven el otro lado de la vida.
Las medidas de educación y protección, en apariencia secundarias y
sin importancia, constituyen en realidad una serie de acciones lógicas,
coherentes y bien concebidas. Korczak
valoraba la introducción de los principios de autonomía. Junto con los adultos,
los niños debían elaborar las normas de vida de la institución y ocuparse de
que se respetaran, tanto por el personal como por los alumnos. Se tenían muy en
cuenta la opinión de sus camaradas y del personal en cuanto a las tareas
cumplidas, el progreso en los estudios y todo lo relativo a la vida del grupo o
sus componentes. Se prestaba así mucha atención a las diversas formas del
intercambio de opiniones: diarios internos, asambleas y plebiscitos. Se realizo
el autogobierno mediante dos órganos de autonomía: un consejo autónomo y un
sistema de arbitraje, ambos integrados por niños. El propio Dr, fue condenado
en dos ocasiones por el tribunal por no acatar las normas comunes y de todos.
Tanto Jean Piaget, como su discipulo el psicólogo Lawrence
Kohlberg, valoran no solo los postulados del viejo Dr., sino su puesta en
marcha dentro del orfanato demostrándonos que la utopía es posible. Kohlberg nos habla de el desarrollo moral a
través de diferentes etapas en las que nos enfrentamos a dilemas, señalando
como el más alto nivel moral el alcanzado por Korczak, ya que en medio de la
Shoá, reaccionó con un sentido normal de la
injusticia y una perspectiva más allá de la justicia que le permitió
vivir como un educador moral y morir con ecuanimidad. El reconocimiento
reciente de Korczak como un educador moral refleja el esfuerzo lento pero continuo
de la sociedad mundial para dar respuesta moral al Shoá, en el que perecieron.”
Hoy
que conmemoramos con todo el mundo el Día de Recuerdo
del Holocausto y Prevención de los Crímenes contra la Humanidad
mantenemos viva en nuestra memoria el ejemplo de un hombre, de un educador que
supo enfrentarse a la barbarie desde el respeto y el cuidado del más pequeño.
Relatan que cuando Varsovia sufría bombardeos, el Dr. encontró en sus calles a
un pequeño descalzo. Lo recogió, lo llevo entre sus brazos buscando entre el
caos del bombardeo un zapatero para calzarlo. Cuando un conocido le pregunto sobre
¿quién era ese niño?, El simplemente contesto: ¿No lo ves?. Un niño.